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El concejal que predicó en vano: cuando el machismo tiene cara de poder

Cuando supe de la agresión por parte del concejal del municipio de Copacabana, Jonathan Chaverra, a su ex pareja Claudia, sentí un golpe de incredulidad. En mi imaginario, él representaba una figura pública con futuro prometedor: educación impecable, recorrido social destacado y un discurso político convincente. Pero detrás de ese alter ego de proyección política, se escondía un hombre machista y agresor. Un lobo con piel de oveja que, además de sus actos violentos, ha respondido con un cinismo desgarrador, sin pedir disculpas y revictimizando a Claudia con calificativos como "loca" y "mentirosa". Su actitud solo reafirma la misoginia que permea el poder.


La narrativa del concejal se ha centrado en justificar lo injustificable: “Ella también me pegaba”, ha declarado sin reparos. Pero Claudia, en su valiente testimonio, ha revelado una verdad que estremece: noches de terror en las que, sola y con sus hijos durmiendo en el cuarto contiguo, tuvo que defenderse de una agresión brutal que la llevó al límite de la desesperación. Como esa noche atroz en que él la amenazó de muerte mientras su hijo menor dormía a pocos pasos.


Chaverra también asegura tener videos que "demuestran" su versión, pero ninguno ha salido a la luz. Lo que sí ha mostrado es una grabación en la que se escucha a Claudia suplicar: “¡A mí no me volvás a pegar!”. Un grito de una mujer llevada al extremo, un eco del dolor que vivía y que él manipuló para desvirtuar su culpa. Si hay algo que me conmueve y me llena de rabia es el dolor de Claudia, que, entre lágrimas, me relató cómo esa violencia la marcó de por vida. Una de las cicatrices más profundas: un aborto provocado por una golpiza de él, una herida que será suya contar en su momento.


Mi compromiso al compartir cada detalle ha sido con su consentimiento. Estar a su lado, escucharla, apoyarla, es lo mínimo que puedo hacer. Porque esta lucha es personal. Yo también fui víctima de violencia, también fui víctima de un agresor, y comprendo plenamente desde la experiencia, la dependencia emocional que se genera, la disonancia cognitiva que este tipo de manipuladores infringen, y eso es difícil de asumir, cuesta, por eso es que muchas veces no nos vamos a la primera. He vivido en carne propia el peso de una sociedad que no protege a las mujeres. Con pruebas contundentes —videos, dictámenes de medicina legal, testigos—, denuncié y aún así mi agresor fue absuelto. El sistema judicial colombiano es una trampa revictimizante, una maquinaria que reduce nuestras vidas a un papel llamado "orden de protección". Solo cuando hay un femicidio, se activan las alarmas.


Según el Observatorio de Género, en 2024 hubo 745 feminicidios en Colombia. En lo que va del 2025, ya suman 13. Frente a este panorama desolador, la denuncia pública se ha convertido en la última herramienta de las mujeres. Pero hacerlo también tiene su precio: redes sociales llenas de juicios, victimarios disfrazados de jueces y medios de comunicación que buscan la noticia sin entender el trauma que implica abrir el corazón frente a una audiencia hambrienta de escándalos.


La ironía de todo esto es que Jonathan Chaverra pertenece a la comisión de la mujer en el Concejo de Copacabana. ¡Un agresor en un espacio que debería luchar por erradicar la violencia contra nosotras! En diciembre del año pasado, promovía una velatón por el feminicidio de Natalia Loaiza, mientras, en paralelo, violentaba a Claudia. Ese nivel de cinismo es inadmisible.

 

Por respeto a Claudia, a sus hijos, a nosotras las mujeres, le exigimos que renuncie, concejal Chaverra. A la Fiscalía General de la Nación, exigimos una condena ejemplar. Y a la Alcaldía y al Concejo de Copacabana, que dejen de ser cómplices silenciosos. Este no es un llamado; es una exigencia: ¡basta de tolerancia a los agresores en el poder!

No queremos ser una más. Ni en Copacabana, ni en Antioquia, ni en Colombia: #NiUnaMás.


 

Por: Diana Correa

 

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1 Comment


Fergoal
Jan 24

Totalmente de acuerdo ni una más.... Y los tiranos abusadores de mujeres deberíamos castigarlos de manera ejemplar.


Renuncie ya concejal, tenga gallardía y pantalones(sarcasmo)

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