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"Somos todos actores de la vía: La clave para una movilidad segura y sostenible en Colombia"

Conoce tus derechos, cumple tus deberes y transforma tu forma de moverte en nuestras ciudades y carreteras


En las calles de Bogotá, las avenidas de Medellín, las carreteras del Eje Cafetero y los caminos rurales de Colombia, todos somos actores de la vía. Ya sea que caminemos por las estrechas aceras de un barrio popular, pedaleemos por las ciclorutas de la Ciclovía Dominical, manejemos un auto por la Autopista Norte o usemos el TransMilenio o el Metro de Medellín, nuestras acciones tienen un impacto directo en la seguridad y la convivencia en el espacio público. Pero, ¿realmente sabemos cuáles son nuestros derechos y deberes?


¿Somos conscientes de cómo nuestros comportamientos, buenos o malos, pueden marcar la diferencia entre un viaje seguro y un accidente evitable?


En un país donde la movilidad es sinónimo de libertad, pero también de desafíos como el tráfico caótico, la falta de infraestructura y la imprudencia vial, es hora de asumir nuestra responsabilidad. La seguridad vial no es solo un tema de leyes y multas, sino de actitud, respeto y empatía. Aquí te contamos por qué es crucial entender nuestro rol en la vía y cómo pequeños cambios en nuestro comportamiento pueden salvar vidas.


Todos somos parte del sistema: Derechos y deberes en la vía colombiana


La movilidad segura no es solo responsabilidad de las autoridades o los conductores profesionales. Cada uno de nosotros, desde el peatón más joven en un colegio de Cali hasta el conductor más experimentado en las carreteras de Santander, tiene un papel que desempeñar. Y para hacerlo bien, primero debemos conocer nuestros derechos y deberes.


Peatones: Los reyes de la vía

  • Derechos: En Colombia, tienes derecho a cruzar por pasos peatonales, a contar con aceras amplias y seguras (aunque en muchas ciudades esto aún es un desafío), y a que los conductores te den prioridad en los cruces. También tienes derecho a un espacio público accesible, especialmente si tienes movilidad reducida.

  • Deberes: Respetar los semáforos, cruzar por los lugares designados (aunque a veces falten), no distraerte con el celular y ser visible, especialmente de noche. Recuerda, tu seguridad también depende de ti.


Ciclistas: Pedaleando hacia un futuro sostenible

  • Derechos: Tienes derecho a usar ciclovías, como las de Bogotá, que es una de las redes más extensas de América Latina, y a circular por la calzada cuando no haya infraestructura para bicicletas. Además, los conductores deben mantener una distancia segura al adelantarte.

  • Deberes: Usar casco (obligatorio por ley), respetar las señales de tránsito, señalizar tus maniobras y no circular por aceras. La bici es tu aliada, pero también exige responsabilidad.


Conductores de autos y motos: El poder de la responsabilidad

  • Derechos: Tienes derecho a circular por las vías públicas, a contar con infraestructura en buen estado (aunque en muchas regiones esto es un reto) y a ser tratado con respeto por otros usuarios.

  • Deberes: Respetar los límites de velocidad, no usar el celular al volante, ceder el paso a peatones y ciclistas, y asegurarte de que tu vehículo esté en óptimas condiciones. En moto, el casco no es opcional: es tu escudo de vida.


Usuarios del transporte público: Compartir es la clave

  • Derechos: Tienes derecho a un servicio seguro, puntual y accesible, como el TransMilenio en Bogotá o el Metro de Medellín, así como a un trato respetuoso por parte de los conductores.

  • Deberes: Pagar tu pasaje, ceder el asiento a quienes más lo necesitan (embarazadas, adultos mayores, personas con discapacidad) y mantener el orden al subir y bajar. El transporte público es de todos: cuidémoslo.


Comportamientos que salvan vidas (y otros que las ponen en riesgo)

En la vía, nuestras decisiones tienen consecuencias. Aquí te dejamos una lista de comportamientos que marcan la diferencia en el contexto colombiano:


Comportamientos positivos

  • Peatones: Cruzar por los pasos de cebra, mirar a ambos lados antes de cruzar (especialmente en ciudades con tráfico intenso como Bogotá o Medellín) y usar ropa reflectante de noche.

  • Ciclistas: Usar luces y chaleco reflectante, respetar los semáforos, circular por el carril derecho y usar las ciclorutas disponibles.

  • Conductores: Respetar los límites de velocidad, ceder el paso y mantener el vehículo en buen estado (¡la revisión técnico-mecánica es clave!).

  • Usuarios de transporte público: Formar filas ordenadas, ceder el asiento y no bloquear las puertas.

Comportamientos negativos

  • Peatones: Cruzar por lugares no designados, algo común en nuestras ciudades es distraerse con el celular o caminar por la calzada.

  • Ciclistas: Circular en contravía, no usar casco o invadir las aceras.

  • Conductores: Conducir bajo los efectos del alcohol (un problema grave en carreteras como la vía al Llano), usar el celular al volante o no respetar los semáforos.

  • Usuarios de transporte público: Colarse, bloquear puertas o ensuciar los vehículos.

 

La cultura vial: Un cambio generacional en Colombia

La movilidad segura no se trata solo de normas y sanciones, sino de construir una cultura vial basada en el respeto y la empatía. En países como Holanda o Dinamarca, la seguridad vial es un estilo de vida, y ciudades como Bogotá y Medellín están dando pasos importantes en esa dirección. Pero el cambio comienza en cada uno de nosotros.


¿Cómo podemos lograrlo en Colombia?


  • Educación vial desde temprana edad: Enseñar a los niños en colegios y escuelas la importancia de respetar las normas y ser conscientes en la vía.

  • Campañas de concienciación: Usar redes sociales y medios de comunicación para promover mensajes claros y contundentes, como las campañas del Ministerio de Transporte.

  • Tecnología: Aplicaciones o sistemas de monitoreo en tiempo real para fomentar la movilidad sostenible.

 

Conclusión: La vía es de todos, cuidémosla


Reconocernos como actores de la vía es el primer paso para construir una movilidad más segura y sostenible en Colombia. Cada decisión que tomamos, desde cruzar la calle en el centro de Medellín hasta manejar un auto por la vía al Mar, tiene un impacto en nuestra comunidad. Conocer nuestros derechos, cumplir con nuestros deberes y adoptar comportamientos responsables no solo nos protege a nosotros, sino a todos los que compartimos el espacio público.


La próxima vez que salgas a la calle, recuerda: la movilidad segura no es un destino, es un camino que construimos juntos. ¿Estás listo para ser parte del cambio?




 
 
 

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