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“Zumbidos de peligro: el pequeño villano que amenaza a tu familia”

En la tranquilidad aparente de una tarde cualquiera, un zumbido imperceptible al oído humano se convierte en el presagio de una batalla invisible. Es el mensajero del dengue, una enfermedad que, como un ladrón en la noche, se infiltra en nuestras vidas a través de la picadura de un mosquito tan pequeño como letal.


¡Así es, gente! Estamos hablando del temido Aedes aegypti, ese villano con patas rayadas que no distingue entre barrios populares o zonas residenciales. En sus alas lleva el virus del dengue, un enemigo que ha demostrado ser tan adaptable como cruel. Según datos recientes, las cifras de casos se disparan en la época de lluvias, cuando el agua estancada en recipientes olvidados se convierte en su nido perfecto.


La realidad tras el zumbido


María Fernanda, una joven madre de 28 años, conoce de primera mano el alcance del dengue. “Todo empezó con una fiebre que no bajaba. Pensé que era una gripe cualquiera, pero luego llegaron los dolores de cabeza y ese maldito cansancio que no me dejaba ni levantarme”, relata mientras su mirada refleja la angustia de aquellos días. Su hijo, un niño de seis años, también enfermó y tuvo que ser hospitalizado por dengue grave.


Como María Fernanda, cientos de familias enfrentan día a día este drama. Lo alarmante es que, en muchos casos, los criaderos del mosquito están en nuestros propios hogares: llantas viejas, botellas vacías, o incluso ese florero que nadie recuerda cambiar.


El combate empieza en casa


Hablar de dengue es hablar de prevención. No es ciencia de cohetes: vaciar recipientes con agua estancada, limpiar techos y canaletas, y usar mosquiteros son medidas simples, pero poderosas. Sin embargo, también hay un llamado a la acción colectiva. La lucha contra este enemigo alado no es solo responsabilidad de las autoridades, sino de todos nosotros.

“Cada criadero que eliminamos es una vida que protegemos”, dice José Luis, un trabajador de saneamiento que, machete en mano, recorre las calles removiendo desechos. Con sudor en la frente, José Luis nos recuerda que las pequeñas acciones diarias tienen un impacto gigante.


Ciencia vs. mosquito: el rayo de esperanza


Por suerte, la ciencia no se queda de brazos cruzados. Hoy en día existe la vacuna Dengvaxia, diseñada para quienes ya han padecido la enfermedad. Pero, ojo, no es para todos. De ahí que la prevención siga siendo el arma más eficaz contra este mal.

Mientras tanto, el zumbido persiste, una advertencia para todos nosotros. En este enfrentamiento, cada uno juega un rol crucial. Desde limpiar nuestro entorno hasta informar y educar a quienes nos rodean. Porque si algo nos ha enseñado el dengue, es que un enemigo invisible solo se derrota con acción visible.


¡Así que manos a la obra! Que no sea un mosquito quien decida el destino de nuestras comunidades.


Por: Sebastian Sandoval @jsebassandoval




 
 
 

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